lunes, 4 de junio de 2012

Cyrano de Bergerac, adaptaciones al cine.

La obra de Edmond Rostand, Cyrano de Bergerac, estrenada en 1897, tiene varias adaptaciones al cine, incluida una película muda de 1900, pero las más destacables son dos: la primera, de 1950, protagonizada por José Ferrer y dirigida por Michael Gordon. 

Cyrano De Bergerac Pictures, Images and Photos

En esta película, José Ferrer encarnaba al poeta y soldado, valiente, pendenciero y de aspecto inusual, debido a su prominente nariz, enamorado de su bella prima, Roxana, que interpretaba Mala Powers. Roxana, a su vez, se enamoraba del guapo Christian de Neuvillette, compañero de regimiento de Cyrano, pero sin ningún talento para la poesía, interpretado por William Prince. 



Su gran interpretación le llevó a José Ferrer a ganar un Oscar por esta película. 



En 1990 se estrenó la otra gran adaptación de la obra de Edmond Rostand en el cine. En este caso, se trataba de una película europea, protagonizada por Gerard Depardieu, como Cyrano y Anne Brochet como la bella Roxana, junto con Vincent Perez como Christian. 




Cyrano de Bergerac - Gerad Depardieu (RS10,00) Pictures, Images and Photos

Dirigida por Jean Paul Rappeneau, en esta película se tuvieron que adaptar los versos alejandrinos porque se acortó la trama, para respetar el estilo de Rostand. Al igual que la versión de 1950, el vestuario es extraordinario y el reparto realizó muy buen trabajo con sus interpretaciones. Gerard Depardieu parecía destinado a este papel y retrataba a un Cyrano completamente desatado y visceral. Un ejemplo de esa interpretación, aquí.

El resultado fue un éxito en todo el mundo, llegando a las nominaciones para los Oscar y a ganar varios premios de cine en Europa. 

Imprescindibles las dos. 

sábado, 19 de mayo de 2012

Hannah y sus hermanas (Woody Allen)

Hay muchas películas de Woody Allen que me gustan, pero esta, Hannah y sus hermanas, resume bastante bien las obsesiones del director. Por supuesto, la salud, la religión, la familia, presente en muchas de sus películas como algo inevitable en nuestras vidas y el foco de múltiples conflictos. Y cómo no, el amor. 




La película, estrenada en 1986, contaba con un reparto extraordinario en el que no solo estaba Mia Farrow, indispensable en aquellos años, y la madre de esta, Maureen O'Sullivan (más conocida como Jane en las películas de Tarzan), sino actores de gran prestigio, como Max Von Sydow, Barbara Hershey, Dianne Wiest o Michael Caine, que por aquel entonces se atrevió con un papel muy distinto a los que solía interpretar: un hombre que vive a la sombra de su esposa, una actriz de gran éxito y que se enamora de una de sus cuñadas. Y se rodea de amigos como Carrie Fisher, que hace un  pequeño papel.


La familia está compuesta por unos padres que son dos actores de antaño y tres hijas que tienen distintos caracteres. Una de ellas, Hannah, es actriz, está casada con un hombre aparentemente convencional. Su ex marido, interpretado por Woody Allen mantiene contacto con la familia y tiene sus tribulaciones existenciales cuando sospecha que está enfermo. A partir de ahí se plantea qué hacer respecto a la religión y cómo salvar su alma. Y las hermanas, muy distintas de Hannah, aunque con inquietudes artísticas, como toda la familia, viven cada una perdida en sus propias trampas, una fracasando en su búsqueda del amor y la otra atrapada en una relación que no va a ninguna parte. Aparentemente, solo a Hannah le va bien en su vida, lo tiene todo, fama, una profesión que ama, un marido y unos hijos... 


Y no puede faltar la música a la que nos tiene acostumbrados Woody Allen en todas sus películas, por supuesto, jazz. Y además, mostrando una sensibilidad artística muy alta, incluye poesía de E.E. Cummings, el autor favorito de Allen y un concierto para clave de Bach que aparecen unidos en uno de los momentos más bellos de la película. 

domingo, 29 de abril de 2012

La fuente de la vida (The fountain)- Darren Aronofsky



























Una película que me ha impactado en los últimos años es La fuente de la vida, de Darren Aronofsky. Estrenada en 2006 y protagonizada por Hugh Jackman y Rachel Weisz, es del género del drama. Recomiendo no leer las sinopsis que se han escrito sobre esta película y que solo llevan a la confusión, porque sus autores no han entendido nada cuando la han visto. 

Lo que cuenta realmente es la lucha por salvar al ser amado, de un médico que investiga una cura contra el cáncer, a la vez que se habla del amor, la búsqueda de la trascendencia, la negación de la muerte y el duelo. El lenguaje utilizado no es lineal, sino rico y que entrelaza momentos de una belleza visual inusitada en los que se contempla la misma lucha del protagonista desde distintos planos. No son tres personajes, como dice algún crítico despistado. 

Las interpretaciones de los protagonistas son perfectas. Pasión y desesperanza, lucha inconformista y amor, se reflejan convincentemente. Y en cuanto a la banda sonora, me parece la mejor que he escuchado en los últimos años. Compuesta por Clint Mansell, transmite los sentimientos de los personajes y le da una trascendencia mayor, unida a la fotografía de Matthew Libatique. 



sábado, 21 de abril de 2012

Francois Truffaut- La habitación verde



Esta maravillosa película, cuyo título original es La chambre verte, de 1978, es una de las pocas en las que el gran Francois Truffaut aparece como protagonista, además de dirigirla. De una belleza exquisita, muestra a un hombre que dedica su tiempo al recuerdo de sus difuntos, en especial a su joven esposa fallecida y que considera que ese recuerdo debe durar para siempre. Un hombre al que le importa poco lo que piensen de él y de firmes convicciones, que no entiende cómo alguien puede despedirse de un ser querido y rehacer su vida, sin más. En la película se puede ver un tema que a Truffaut parecía interesarle mucho, el lenguaje, como se vio en El pequeño salvaje. En ambas, convertido en  el profesor de un niño que no puede hablar, por distintas razones (en esta, un niño sordomudo y en El pequeño salvaje, un niño que ha crecido solo y no ha aprendido a hablar). Francois Truffaut se basó en El altar de los muertos, de Henry James, para escribir el guión de La habitación  verde. 
En cuanto a detalles más técnicos, la actriz que acompaña a Truffaut es Nathalie Baye, entre otros actores, como Cecilia Mandel, Jean Dasté y Bernard Humbert. La banda sonora es de Maurice Jaubert y la fotografía, que es un elemento muy importante, un personaje más, de Néstor Almendros.

En resumen, es una de mis películas favoritas. 

jueves, 1 de octubre de 2009

Como lágrimas en la lluvia: la muerte del replicante

Esta es, con diferencia la escena que más me gusta de Blade Runner. He visto esta película muchas veces y me impresiona el momento en el que el replicante le dice al protagonista aquello de "todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia".


Es una escena triste y hermosa a la vez, en la que un ser que está apunto de morir, se redime y es capaz de amar la vida como nunca la ha amado, incluso la vida ajena. Se habla del valor de la vida y de los grandes interrogantes, y sobre todo, lo que se desprende del monólogo es que todos somos únicos en el mundo, con nuestras propias vivencias. El replicante que quería trascender, en el último momento decide no morir matando.


La fotografía de Blade Runner siempre me ha parecido genial, con esa atmósfera sucia que rodea a personajes solitarios que malviven en una ciudad decadente. Y con esa lluvia que se lleva los recuerdos de un replicante moribundo, y que a la vez le purifica y le hace ser más humano que nunca, cae como las lagrimas por una sociedad enferma. Y al final, su mano deja escapar volando a la paloma, igual que se le escapa su propia vida...


Disfrutad de ese monólogo de Rudger Hauer, que está perfecto en el papel del replicante. Lo reconozco, esta película es una de mis debilidades. La he visto varias veces, en distintos montajes, y no me canso de verla.










Audrey Hepburn

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Audrey Hepburn siempre ha sido una de mis actrices favoritas del cine clásico. Su verdadero nombre era Edda Kathleen Hepburn-Ruston Van Heemstra (poco práctico y atractivo para una actriz) y nació en Bélgica en 1929. Sus padres eran un banquero inglés y una aristócrata holandesa, que se divorciaron en 1935. Ella se quedó con su madre y vivió en Holanda e Inglaterra.


Aprendió ballet, y gracias a su figura delicada y estilizada entró a trabajar en el mundo de la moda, como modelo. Esa experiencie le dió la oportunidad de conseguir sus primeros papeles en el cine, como extra y en Broadway tras irse a vivir a vivir a Hollywood.


En 1953 llegó su gran oportunidad de triunfar en el cine con la película Vacaciones en Roma, de William Wyler, protagonizada junto a Gregory Peck. Su aspecto aristocrático la hizo una buena candidata para interpretar el papel de una princesa aburrida de sus obligaciones que se escapa. Durante la escena en la que ella se asusta cuando Gregory Peck mete la mano en el león de piedra, la reacción de ella fue real cuando él fingía que había perdido la mano. Fue una broma del actor, y a William Wyler se le ocurrió incluírlo en la película tal y como aparecía. La interpretación en esta película le valió ganar un Oscar a la mejor actriz.


En 1954 trabajó en la película Sabrina, de Billy Wilder, que es para mí una de las más divertidas. Compartía el cartel con Humphrey Bogart y William Holden y su elegancia se hacía patente una vez más en esta historia de un triángulo amoroso.


En 1956 intervino en Guerra y paz, de King Vidor, en la que también aparecía el actor Mel Ferrer, con el que se casó, y con el que tuvo un hijo. Volvió a trabajar con Billy Wilder en la película Ariane en 1957. Ese mismo año también protagoniza Una cara con ángel. En 1959 fue la protagonista de Historia de una monja, por la que estuvo nominada a los Oscar.


En los años 60 trabajó en Desayuno con diamantes, de Blake Edwards una de sus películas más famosas, junto a un actor poco conocido, George Peppard. Audrey aparecía cantando la canción Moonriver, sentada en la ventana, y esa escena se conservó a pesar de que Edwards quería eliminarla.


En 1963 llegó Cary Grant y la película Charada, de Stanley Donen. Es una película con una trama complicada, con identidades falsas, intriga y un romance. A mí me encanta una escena en la que ella, susurrando a Cary Grant le pregunta "¿sabes qué tienes de malo?" "nada".


Posteriormente trabajó en My Fair Lady, en 1964, en Cómo robar un millón, en 1966, Sola en la oscuridad y Dos en la carretera, en 1967. A partir de ahí, empezó a trabajar de manera esporádica. Se divorció de Mel Ferrer y se casó con un médico, con el que tuvo su segundo hijo.


Sus últimas interpretaciones en el cine fueron en Robin y Marian, junto a Sean Connery, en 1976, en la que se retrata el romance entre unos maduros Robin Hood y Lady Marian, y en cuya película lo mejor (para mi gusto) es ella. En 1979 apareció en Lazos de sangre, en 1981 en Todos rieron, y por último, en 1989 en Always. En 1993 falleció, con 63 años, de un cáncer de cólon.


Ella fue una de las actrices más elegantes de la historia del cine, en un tiempo en el que se llevaba una belleza más explosiva. Fue capaz de convivir en un momento del cine en el que actrices como Marilyn Monroe o Jane Mansfield, con físicos más voluptuptuosos tenían mucho éxito. A pesar de su muerte, se ha convertido en un icono de la elegancia y todavía su imagen aparece asociada a la moda, y por supuesto, al cine clásico.


Una película: Ser o no ser

Primero un breve resumen (breve, de verdad): Varsovia, Segunda Guerra Mundial. Los nazis han ocupado Polonia y la resistencia está en peligro por culpa de un espía. Los protagonistas son los actores de una compañía de teatro polaca, que representan Hamlet. Dos de ellos están casados, precisamente el actor principal, Joseph Tura, que cuando comienza el monólogo "Ser o no ser", ve con estupor como un soldado se levanta y se va al camerino de su mujer, María, en cada representación. A partir de ahí se suceden las dudas del actor, y se ve mezclado en la trama de espionaje, con Hitler de por medio, suplantación de identidades, y dudas sobre la fidelidad de su mujer.


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Momento memorable el del soldado levantándose para ir al camerino de la actriz, mientras el marido comienza su monólogo y se queda atónito, con una mezcla de "pero si se va a perder lo bien que actúo", y "malandrín, vas al camerino de mi mujer." Además de las veces que habla de sí mismo como "ese gran, grandísimo actor". Y también memorable la aparición de Hitler paseándose por la calle, para sorpresa y terror de todos los ciudadanos.



Y ahora los detalles técnicos, por si tenéis curiosidad. La película es de 1942, dirigida por Ernst Lubitsch, con guión de Edwin Justus Mayer. El reparto estaba encabezado por Carole Lombard, que fue esposa de Clark Gable y que murió en un desgraciado accidente de aviación poco después de hacer la película. Y quien interpreta al marido era Jack Benny. Robert Stack interpreta el papel del soldado, y el resto del reparto es Stanley Ridges, Felix Bressart, Lionel Atwill, Sig Ruman, Tom Dugan, Charles Halton, George Lynn.

Ah, para los que tengan más curiosidad todavía, la duración es de 99 minutos. La música es de Werner R. Heymann y la fotografía de Rudolph Maté.

Si podéis verla, no os la perdáis, es una buena sátira y la escena final es memorable.

¡¡¡Por cierto!!! Hay una película de Mel Broocks que parodia esta, así que no las confundáis. Aquí la titularon Soy o no soy.