sábado, 19 de mayo de 2012

Hannah y sus hermanas (Woody Allen)

Hay muchas películas de Woody Allen que me gustan, pero esta, Hannah y sus hermanas, resume bastante bien las obsesiones del director. Por supuesto, la salud, la religión, la familia, presente en muchas de sus películas como algo inevitable en nuestras vidas y el foco de múltiples conflictos. Y cómo no, el amor. 




La película, estrenada en 1986, contaba con un reparto extraordinario en el que no solo estaba Mia Farrow, indispensable en aquellos años, y la madre de esta, Maureen O'Sullivan (más conocida como Jane en las películas de Tarzan), sino actores de gran prestigio, como Max Von Sydow, Barbara Hershey, Dianne Wiest o Michael Caine, que por aquel entonces se atrevió con un papel muy distinto a los que solía interpretar: un hombre que vive a la sombra de su esposa, una actriz de gran éxito y que se enamora de una de sus cuñadas. Y se rodea de amigos como Carrie Fisher, que hace un  pequeño papel.


La familia está compuesta por unos padres que son dos actores de antaño y tres hijas que tienen distintos caracteres. Una de ellas, Hannah, es actriz, está casada con un hombre aparentemente convencional. Su ex marido, interpretado por Woody Allen mantiene contacto con la familia y tiene sus tribulaciones existenciales cuando sospecha que está enfermo. A partir de ahí se plantea qué hacer respecto a la religión y cómo salvar su alma. Y las hermanas, muy distintas de Hannah, aunque con inquietudes artísticas, como toda la familia, viven cada una perdida en sus propias trampas, una fracasando en su búsqueda del amor y la otra atrapada en una relación que no va a ninguna parte. Aparentemente, solo a Hannah le va bien en su vida, lo tiene todo, fama, una profesión que ama, un marido y unos hijos... 


Y no puede faltar la música a la que nos tiene acostumbrados Woody Allen en todas sus películas, por supuesto, jazz. Y además, mostrando una sensibilidad artística muy alta, incluye poesía de E.E. Cummings, el autor favorito de Allen y un concierto para clave de Bach que aparecen unidos en uno de los momentos más bellos de la película.